Imagínate que estás en casa, en el sofá, te pones a pensar en toooodo lo que tienes que hacer, en todo lo que no puedes hacer. Te planteas qué ocurrirá con la economía. Cuándo podrás ver a tus familiares y amigos. Si el salir a la calle hará que suban las estadísticas, cómo será el verano sin todo aquello que tenías pensado hacer y tendrás que posponer. Mientras, sigues en el sofá. Te agobias. Estás más sensible, es posible que en ocasiones, sientas presión en el pecho, tengas ganas de llorar, el corazón te palpite más fuerte. A pesar de las noticias que recibimos constantemente por las diversas redes sociales y canales televisivos, que a muchos no nos vienen bien, sentimos incertidumbre por saber qué pasará. Y es por este motivo, por el que te motivo a entender que en lo que nos tendremos que centrar no es en eliminar el miedo, sino en aprender a controlarlo y a tolerar esa incertidumbre. La ansiedad puede llevar al abandono escolar, la depresión, el aislamiento, incluso e...